Se necesita un mínimo d soledad para mirar hacia adentro y luego hacer grandes cambios en la vida

domingo, 26 de septiembre de 2010

¿tu o yo?


            No se trata de ellos, ni de ella, se trata de porque alguno hombres y mujeres caemos con gran facilidad frente a ciertos personajes, en este caso parejas, que a pesar de lo mal que nos hagan seguimos esperando el cambio.

             Una vez  llegue a la conclusión y me dije: “Nadie te puede querer como tu quieres que te quieran, por todo queremos de formas distintas”. Si lo pensamos es una sabia frase, pero en es minuto de tu vida que te topas con él o ella, que a pesar de que te lo repitas mil veces, no se logra su efecto, ya que  simplemente él o ella no te quiere, por lo tanto no se cumple la lógica que esperamos.
             Y es así de simple y triste, entonces te preguntas ¿Cuán masoquista puedo ser? ¿Si espero que alguien que no me quiere, se ajuste a mi forma de querer? Convirtiéndonos en unos egoístas silenciosos, obligándonos a tener la esperanza de que algún día él o ella habrá lo ojos y valore lo increíble que he sido por aguantar una y otras vez explotantes peleas y renuncias.

            Si existe un limite en mi vida y en la tuya  en ese minuto contra esos personajes desaparecen, no hay limites que te defienda, porque te sumerges en lograr a toda costa que eso que él o ella sienta, se transforme alguna día en amor, pero “tranqui” eso no va suceder y en vez de admitirlo te transformas en una victima, un victimario, un ególatra y competitivo, por alcanzar el trofeo de que esa persona te ame y dejando de ver que la única relación que hay es la de ti mismo, con ti mismo, concluyendo en la autocompasión silenciosa de nuestro pobre corazón triste.

            Finalmente llegamos a ser títeres de una de una teatro con un director destructivo que estancan nuestra energías e intoxica nuestro corazón, pero que sin darnos cuenta ese pobre director somos nosotros mismo…Ya que aunque veamos la realidad, no queremos admitirla.



                                                                                                       Cicely Abbott S.

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